Hola! hoy os traigo una receta de la que estoy bastante orgullosa, porque ¡es la primera vez en mi vida que hago croquetas!. Con lo que me encantan, nunca había probado a prepararlas en casa, porque sabía que era un proceso laborioso y que hay que «tener buena mano» para que te salgan cremosas y ricas.
Pues bien, esta vez me he animado aprovechando el maravilloso regalo que me enviaron desde MásBrócoli y evidentemente, las he preparado de brócoli, y VEGANAS 🙂 y la verdad que el resultado ha sido muy bueno. Cuesta bastante hacerlas, porque es importante dejarlas reposar un día entero pero…merece mucho la pena 🙂
Ingredientes (unas 20 unidades):
- Una cebolla dulce grande
- 360 g de brócoli
- 70 g de harina integral de trigo
- 400 ml de bebida de soja sin azúcar añadido
- Pan rallado y harina de garbanzo (para el «huevo»)
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
- Especias: pimienta negra y canela (mis básicos!)
Preparación:
- Ponemos el brócoli a hervir hasta que esté blandito.
- Mientras tanto, cortamos la cebolla muy finita y la ponemos a pochar en una sartén con aceite de oliva virgen extra, y un poco de sal. A fuego medio.
- Cuando la cebolla esté bastante cocinada, añadimos el brócoli ya hervido y escurrido. Con una espátula, machacamos el brócoli hasta que quede todo bien pequeño. Es así como estará la masa dentro de la croqueta, por lo que es recomendable que quede todo pequeñito. A fuego medio.
- Ahora, añadimos la harina a la sartén, y a fuego medio, removemos bien hasta que quede totalmente integrada con la cebolla y el brócoli.
- Agregamos la bebida de soja y empezamos a remover. NO PARAMOS DE REMOVER, despacito, hasta que la masa adquiera una consistencia cremosa y se absorba toda la bebida de soja. Tardaréis unos minutillos.
- Por último, añadimos la pimienta negra y la canela, mezclamos bien y probamos para ver si está de nuestro gusto. Vamos rectificando de sal y especias hasta que nos guste el sabor.
- Ponemos la mezcla en una bandeja, recipiente y lo dejamos enfriar a temperatura ambiente. Cuando se haya templado, lo metemos a la nevera y la dejamos ahí un día entero. Es mejor hacerlo así, porque la masa estará mucho más manejable después. Si no dejáis esperar el tiempo suficiente, puede que al formar las croquetas se os «desmoronen».
- Una vez pasado un día, podemos proceder a formas las croquetas, la masa habrá cogido bastante consistencia.
- Mezclamos harina de garbanzo con agua para obtener el «huevo». Tenéis que poner harina y agua hasta obtener una textura similar a la del huevo batido, es decir, más bien líquida que espesa.
- Con ayuda de dos cucharas, o simplemente con la mano, vamos cogiendo masa y formando las croquetas, pasándolas por la harina de garbanzo y posteriormente por pan rallado.
- En este punto, PODÉIS CONGELAR LAS CROQUETAS, ya formadas y antes de freír. Y si las metéis a la nevera un ratillo ya formadas, también será más sencillo freírlas después.
- Ahora simplemente las freímos en un poco de aceite de oliva virgen extra y ¡listas!